PARA MORIR HAY QUE HABER VIVIDO
— MARIANO ZIR
FLUIR EN LA INTENSIDAD
— ALEXANDRA ZALAZAR
DESCARTE DEL DESCARTE
TRANSMISIÓN EN VIVO
En un entorno que nos habla de una inmediatez, muchas veces mediatizada por las redes donde se transmite un supuesto aquí y ahora, que termina por traducirse en una “linda” imagen, la experiencia de pintar en vivo nos presenta, algo que va más allá, la canalización de lo que está sucediendo en el ambiente, ofreciéndonos como instrumento vehiculizador de lo que pasa, se percibe y siente. La pintura se vuelve un organismo en el que el material y la intervención viva del ambiente ocupan la superficie de la tela. El tiempo parece agarrarse y conectarse con otro ahora.
Este ahora como un encuentro detenido, donde la diversidad y características de los materiales cobran una dimensión propia. Nos presentan la complejidad del encuentro, de la mezcla, la precisión de los límites, nos obligan a atender/detenernos reconociendo lo propio.
De allí, en la experiencia del vivo sucede lo que sucede, algo nace, florece, crece, se rompe y estalla, el tiempo se hace PRESENTE.